Viene de clausurarse el sexto congreso del partido comunista de Cuba y, contra todo pronóstico, un decrépito Fidel Castro, viva imagen del partido, asistió al acto de clausura después de anunciar su renuncia al frente de los comunistas cubanos.

Entre las cosas que nos ha dejado el congreso está la elección de Raúl Castro como primer secretario de la agrupación y, en consecuencia, jefe del gobierno unipartidista. Como segundo de a bordo, sigue aferrado a su cargo de vicepresidente José Ramón Machado.

Fiel a su espíritu inmovilista, la nomenclatura del partido apenas ha  renovado el equipo. Sólo tres nuevas incorporaciones: Marino Murillo, vicepresidente del gobierno; Adel Izquierdo, ministro de Economía; y Mercedes López, primera secretaria del partido en La Habana.

Por lo demás, el sexto congreso del partido comunista se saldó con la aprobación el pasado lunes de un paquete de reformas destinadas a maquillar el desinterés en buscar nuevas ideas y el afán por consolidar el parasitismo  obsoleto de los comunistas gobernantes.

Una de estas medidas permite la libre compraventa de vehículos y bienes inmuebles entre los cubanos; y, si bien se discutieron muchas otras propuestas, ninguna de entre las verdaderamente renovadoras pudo ver la luz del día.

Written by Cesar

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